Te recordamos que muy pronto nos estarán acompañando pensadores nacionales.
A continuación te dejamos el programa de los encuentros.
Encuentros de
Organizarse para recuperar la política
Hacia la segunda y definitiva independencia
Introducción
En el año del Bicentenario de
Nos habían machacado y machacado para que no levantemos nuestra voz pero, poco a poco, el pueblo argentino, y con él la juventud, va corriendo el velo impuesto por la dictadura militar y la noche neoliberal. Relucen los rayos de la nueva mañana que traen la certeza de gloria para la patria.
Objetivos
· En este espacio intentaremos construir un lugar de participación, esparcimiento y recreación de la juventud.
· Será tema esencial de los encuentros la historia, la política y la realidad nacional, su entramado e interacción.
· Generar una voluntad que permita la acción a favor de la profundización de la democracia y de la participación popular en el destino de la patria.
· Facilitar herramientas de análisis para poder realizar diagnósticos que permitan darle dirección a la acción comunitaria para realizar los proyectos que solucionen los problemas que aquejan a
· Divertirnos porque, como dijo Don Arturo, "nos quieren tristes porque los pueblos deprimidos no vencen. Por eso venimos a combatir por el país alegremente. Nada grande se puede hacer con la tristeza”.
Contexto Histórico
Sabemos que venimos de tiempos difíciles en los cuales se le negó la participación al pueblo en la vida democrática. Primero con un sangriento golpe militar en 1976 donde los sectores económicos concentrados impusieron un modelo económico y social intentando hacer tábula rasa con las organizaciones del pueblo. Persiguieron, prohibieron, torturaron, desparecieron a miles y miles de argentinos. Después, con el regreso de la democracia, siguieron implementando políticas de ajuste y endeudamiento, vilipendiaron el patrimonio nacional, lo vendieron por espejitos de colores. Pasaron a manos privadas con intereses ajenos: SEGBA, ENTEL, YPF, Canal 13, Canal 11, Ferrocarriles, entre otros. A partir de ahí, su fin no fue prestar servicios sino la tasa de ganancia. Indultaron a los militares, permitieron la monopolización de la economía y la comunicación; ésto fue lo que denominamos la noche neoliberal con su pico durante los noventa.
Pero el pueblo, lejos de estar vencido, volvió a levantar sus banderas de dignidad, independencia, justicia y libertad. Recuperando el aliento en el año 2001 se gestó una pueblada que repercutió en el devenir de la historia argentina. Este suceso es el desencadenamiento de diferentes procesos que venían dándose por las injusticias sufridas. Las políticas de ajuste, represión y olvido son contrarrestadas por distintas organizaciones que se fue dando el pueblo para superar al neoliberalismo. Así, las organizaciones de desocupados, de género, colectivos culturales, agrupaciones juveniles, entre otras, van gestando la irrupción del pueblo, actor esencial de la vida democrática.
A partir del 2001 este proceso se incrementa y profundiza: Renuncia el entonces Presidente De
En el año 2003, hay un punto de inflexión. Desde el Estado, se reconocen los reclamos sociales, se renueva
Las organizaciones de los trabajadores comienzan a ganar terreno. Conquistan las paritarias y vuelven a tener un rol protagónico en el qué hacer nacional.
Han pasado 7 años de luchas y conquistas sociales, de avances y retrocesos. Hoy los movimientos sociales y políticos, de género, desocupados, pueblos originarios, trabajadores ocupados y desocupados, estudiantes, artistas, intelectuales, villeros, cartoneros, la juventud, las organizaciones del Pueblo todo, están dando la pelea por la segunda y definitiva independencia.
Desarrollo
Y qué nos queda a los jóvenes. Como dijimos líneas arriba, nosotros los jóvenes somos, queriendo y sin querer, partícipes del destino nacional. No hay posiciones neutrales. La posición neutral favorece al más poderoso que tiene todo ordenado y no quiere que nadie lo contradiga. Podemos hacernos los zonzos pero toda posición juega. Hay que tomar partido y hacernos cargo de nuestros yerros.
Por eso, hay que entender la política como una práctica realizada por los hombres. No es en sí misma corrupta o corrompedora. Habrá quienes empleen instrumentos para corromper, pero la política entendida desde los oprimidos es la realización, teórica y práctica, de la lucha por la emancipación.
Ahora, para tomar partido hay que analizar los hechos y los sucesos, para realmente estar en el lugar indicado. Se hace necesario el replantear nuestro pensamiento. ¿Qué sabemos? ¿Qué queremos? ¿Por qué estamos como estamos? ¿Cómo construir una alternativa?
Esta tarea de construir nuestro pensamiento, de desarrollar nuestros saberes, desde y para nosotros viene de larga data. Podemos citar infinidad de hechos y figuras. Entre ellas, hablar de Simón Rodríguez (maestro de Bolívar) o del mismo Bolívar, o remontarnos a la sublevación de Tupac Amaru, o por ahí a las Cátedras Nacionales que se dictaron en
Haciendo un corte histórico, podemos decir, que la última dictadura lo que vino a cortar esencialmente es nuestra historia. Quiso hacer tabula rasa, y casi lo consigue. Casi porque hoy estamos acá planteándonos, reflexionando, haciendo, buscando, transformando la realidad. A pesar de los oligopolios de la comunicación y la información seguimos resistiendo.
Tenemos que reflexionar sobre los silencios de Nuestra América. Qué quisieron que olvidemos, qué nos negaron a conocer. Y construir lo nuestro. Lo dijo Rodolfo Walsh: “Nuestras clases dominantes han procurado siempre que los trabajadores no tengan historia, no tengan doctrina, no tengan héroes y mártires. Cada lucha debe empezar de nuevo separada de las luchas anteriores: la experiencia colectiva se pierde, las lecciones se olvidan. La historia aparece así como propiedad privada cuyos dueños son los dueños de todas las otras cosas. Esta vez es posible que se quiebre ese círculo”.
Por eso, a nuestra historia la tenemos que reconstruir y hacer. Esencialmente hacer.
Se plantea, quizás, otro punto, otro tramo de este camino que elegimos comenzar. Es la cuestión de la independencia. ¿Somos realmente independientes?
Y con esto nos viene a plantear Jauretche lo que implica una posición nacional: "Una línea política que obliga a pensar y dirigir el destino del país en vinculación directa con los intereses de las masas populares, la afirmación de nuestra independencia política en el orden internacional y la aspiración de una realización económica sin sujeción a intereses imperiales dominantes”.
Así, “pensar y dirigir el destino de nuestro país”. Es decir, se trata de un pensamiento y una acción. No es ni pensamiento meramente, ni acción por hacer. Son las dos cosas. Segundo, “vinculación directa con los intereses de las masas populares”. Acá hay una razón esencial del Pensamiento Nacional, lo es en tanto es desde y para el pueblo. Es decir, en tanto es un pensamiento que moviliza y da coherencia a las masas oprimidas de Nuestra América, da cuenta de sus luchas y reconceptualiza, repiensa para sistematizar y superar la práctica del pueblo latinoamericano. Es un pensar para la descolonización, para la emancipación de Nuestra América. Entonces, da la pauta de las posibilidades, alternativas, acciones para la liberación nacional. Y los sujetos de esa liberación no son otras que las masas oprimidas de Nuestra América. Es por esto que es Nacional y Popular, lo uno no puede ir sin lo otro. Es un pensamiento descolonizador y emancipador.
La propuesta es comenzar un camino. Tomar posición, comprometerse.
Como nos insta el General de Hombres libres Simón Bolívar:
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