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jueves, 27 de enero de 2011

De héroes mortales: el mejor de nosotros por el Dr. Juan Abal Medina

De héroes mortales: el mejor de nosotros


Dr. Juan Abal Medina
Secretario de Comunicación Pública.
Profesor Titular de la UBA e Investigador del CONICET.

Hoy suena casi redundante preguntarlo, ¿pero quién en 2003, con un Estado quebrado, con un país abatido, podía pensar que seríamos capaces de lograr lo que alcanzamos?

Desde que Juan Domingo Perón escribiera, tras la muerte del Che Guevara que “era uno de los nuestros, quizás el mejor”, decir sobre alguien que ha muerto que era “el mejor de nosotros” suena a lugar común, o a frase gastada, su uso y abuso. Sin embargo, me resulta imposible no recurrir a ella cuando recuerdo a Néstor. Una muerte que nos sorprendió a todos y que por su contundencia permitió a una sociedad, acosada diariamente por el discurso con pretensiones narcotizantes del multimedio, a recordar quién era realmente este hombre que fue capaz de reconstruir la autoestima y la voluntad de un país que parecía acabado.

Ese hombre, al que tuve la enorme suerte de acompañar en estos últimos tiempos, fue sin dudas alguien muy especial, pero a la vez muy normal, alguien que nunca dejó de ser “uno de nosotros”. Néstor fue alguien que, sin dejar de sentirse jamás un hombre común “con responsabilidades especiales”, como gustaba decir, afrontó tareas titánicas que el resto de nosotros veíamos imposibles y lo hizo con la certeza del triunfo, simplemente porque las consideraba justas, correctas, necesarias.

Para la literatura clásica, el héroe era tanto un Aquiles o un Hércules, hijos de dioses con poderes sobrenaturales, como un Ulises o un Teseo, simples mortales que llevaban adelante tareas incluso más difíciles que los primeros, sin más apoyo que su propio coraje y lo justo de su misión. Ellos no se autodenominaban héroes, fueron hombres que, aun sabiéndose vulnerables, no dudaron en librar las batallas más difíciles, midiéndose con los más poderosos y −condición esencial para ser ungido como héroe− defendieron causas justas.

Hoy suena casi redundante preguntarlo, ¿pero quién en el año 2003, con un Estado quebrado, con un país abatido, podía pensar que seríamos capaces de lograr lo que alcanzamos? ¿Quién, en un país que había liberado e indultado a los responsables del mayor genocidio que recuerde nuestra historia, podía pensar que todos ellos estarían recorriendo los tribunales y empezando a pagar por sus crímenes? ¿Quién, en un mundo globalizado en el que la desigualdad parece haberse impuesto definitivamente, podría pensar que en este rincón del globo nosotros lograríamos reducirla? ¿Quién, en una sociedad donde los monopolios massmediáticos habían capturado la realidad y donde todos los políticos creían que ningún gobierno resistía tres tapas negativas de Clarín, hubiese pensado en que se podía democratizar la palabra?

Esas y tantas otras peleas (la salida del default y la reducción de la deuda externa, la renovación de la Corte Suprema, el freno al ALCA, la reversión de la decadencia económica argentina, el creciente apoyo a la educación, la ciencia y la tecnología, la resolución de la crisis entre Colombia y Venezuela, la construcción de la Unasur), todas y cada una de tal magnitud que merecen el calificativo de homéricas, fueron encaradas por alguien que siempre caminó junto a su pueblo, a sus compañeros, a sus amigos. Alguien que, pese a lo gigantesco de sus logros, nunca fue soberbio ni distante. Porque Néstor, aun en medio de esas luchas dificilísimas, no dejaba de hablar de fútbol, de sus afectos, de sus anécdotas juveniles. No dejaba de cargarnos y cargarse a sí mismo, de reírse de todo y de disfrutar de las pequeñas cosas de la vida. Por eso el 27 de octubre, tres meses atrás, se fue el mejor, pero también se fue uno de nosotros. Néstor se consideraba un militante más de este proyecto, aunque a su muerte todo un pueblo lo lloró como un héroe. Por suerte, en estos 2500 años de historia hemos avanzado, y nuestro héroe no estuvo acompañado por los hilos de una Ariadna o una Penélope que esperaban o simplemente ayudaban a su hombre, sino por una compañera como Cristina, que con su enorme inteligencia y coraje coprotagonizó todas sus epopeyas y protagoniza la realización de todos sus sueños.

27/01/11 Tiempo Argentino

Reproducimos poema a Néstor Kirchner de los NDM

Nunca menos
que ese fuego en la mirada
que las voces acalladas
retomando la canción


Nunca menos
que tu nombre en las banderas
que tu plaza siempre llena
de esperanza y de pasión


Nunca menos
que pañuelos en tu casa


Nunca menos
que justicia sin perdón


Nunca menos
que el paisaje repetido
de este sur tan aguerrido
y gritando al fin que no


Nunca menos
que esas risas desdentadas
aguantando la parada
que supieron conquistar


Nunca menos
que un enjambre de morochos
arruinandoles la foto
a los que no vuelven más


Nunca menos
que los pibes en el centro


Nunca menos
que vivir con dignidad


Nunca menos
que la Patria que soñamos


Nunca menos


Ni un paso atrás!


Los Negros de Mierda

lunes, 17 de enero de 2011

Galasso finaliza la polémica con Altamira: Sembré leones y coseché pulgas

Galasso le contesta a Altamira:

”SEMBRÉ LEONES Y COSECHÉ PULGAS”

Te contesto, pero este será mi último mensaje, porque carece de sentido un diálogo entre sordos. Yo intenté hacerte una advertencia, llamarte a la reflexión, respetuosamente, casi fraternalmente. No te dije que objetivamente actuabas como un agente de la CIA, ni que estabas vendido a Magneto y la Sociedad Rural. No. No lo pienso así y tampoco te lo dije. Te hablé como a un compañero al cual uno le sugiere que proceda con sensatez -con sensatez revolucionaria, se entiende- teniendo en cuenta las experiencias de la Argentina y del Mundo así como los planteos de los grandes teóricos. Tampoco te dije: “-Dejate de joder contra el gobierno porque los vas a traer a Macri y a Duhalde al poder y nos embromaremos todos, incluso el Partido Obrero. Solamente, alerté, como se le aconseja a un amigo: “-Che, dejá de fumar porque te hace mal y el humo nos perjudica a todos”. Eso, solamente. Ante esto, vos me contestaste enojado como si no tuvieras argumentos: “bajeza”, “pozo de inmundicia”, “caradurismo”, “desvergonzado embuste”, “provocador”, “encubridor”, “con histrionismo recogido de los bajos fondos”, “profunda bancarrota política”, “resignación”, “acomodamiento”, “cooptación”, “corruptela”, “cinismo político” y “vendedor de carne podrida”. ¿Qué tal?

Yo te hablé de movimientos nacionales en América Latina, del irigoyenismo, del peronismo, de la izquierda nacional, del peligro de una nueva “Unión Democrática” como las del ‘45 y ‘55, del peligro de desestabilizar a un gobierno que no es el enemigo principal. Y vos me contestaste hablándome de Kornilov, allá lejos en el tiempo y en el espacio. ¿Y que querías que hiciera, entonces? Me fui al café de la esquina de mi casa y le pregunté a algunos conocidos. Nadie sabía nada de Kornilov, hasta que un parroquiano me dijo: “-Mire, yo creo que ese tipo era el volante izquierdo del seleccionado ruso, años atrás”. (Después, en serio, vamos a hablar de Kornilov). Pero ahora quiero insistirte en nuestro desencuentro. Yo te escribí, por abajo, multiplicando el mensaje a través de correos electrónicos. Y fijate una cosa, yo, que según vos estoy “degradado”, “apoyando al oficialismo”, no conseguí que mi carta la publicara ninguna revista, ni diario oficialista o semioficialista ( Ni Tiempo Argentino, ni Veintitrés, ni Página 12) y sólo fue mencionada en 6/7/8 y leída en Radio La Voz de las Madres.

Seguramente me dirás que la publicaré en Señales Populares así como vos publicarás la tuya en Prensa Obrera. Pero lo más interesante es que vos – tremendo izquierdista- llegaste con tu carta cabalgando en los “pura sangre” del periodismo conservador: el 14 de noviembre último, la tribuna de doctrina mitrista, es decir, el diario La Nación, te hizo un reportaje que empieza en tapa y ocupa luego toda la página 3, con este título: “El gobierno le teme a una oposición de izquierda” y este subtítulo: “El máximo referente del Partido Obrero habla de las responsabilidades políticas en el asesinato de Mariano Ferreyra, de los vínculos espurios entre la policía y los ferroviarios y de la ambigua voluntad del kirchnerismo para investigar el crimen y depurar de patotas al sindicalismo”. La oligarquía te aplaude, Altamira. Esa vieja prostituta del periodismo te usa ¿comprendés? Te aplauden y te usan. Más aún, en el artículo se afirma que “el Partido Obrero crece y hasta sus artículos son publicados en diarios como La Prensa, por ejemplo”. ¡La Prensa! ¿Qué opinaría Trotsky de semejante suceso? Lamentablemente se ha fundido Selecciones del Reader Digest porque si no fuera así también podría publicarte otra catarata de elogios.

Te acordás de ese artículo, ¿no es cierto? Suplemento Enfoques de La Nación (14/11/2010), reportaje de Ricardo Carpena. El periodista te elogia, te elogia mucho, Altamira, demasiado: “Altamira me pareció inteligente, agudo, profundo, con un discurso más amplio y distinto del de muchos ‘profesionales’ de la izquierda criolla. Es curioso o no, que él y otros dirigentes del PO desfilen por tantos medios a raíz del crimen de Mariano Ferreyra, pero no en medios oficialistas. Tiene razón en que el kirchnerismo ha ubicado intencionalmente al PO en el extremo izquierdo de su ring. Me sorprendió cuando habló de los cambios en su agrupación con cierta dosis de autocrítica”. Esta bendición a mí me produciría insomnio, ¿qué querés que te diga? Y vos le correspondiste bien al matutino reaccionario: “-Si hay un partido que maneja los matices es el nuestro…”. Y agregaste: “-El tema principal de hoy es mostrar otro punto: es falso que el país esté ante una alternativa Kirchner-oposición de derecha”, es decir, manifestaste justamente lo que el mitrismo le dice a los sectores de clase media que aún creen en el periodismo independiente: no hay que votar al kirchnerismo por temor a que gane la derecha, no, hay muchas opciones progresistas. Faltó sólo que lo avalaras más expresamente: la alternativa es que siga el horrible kirchnerismo o volver al buen camino de las instituciones de la democracia semicolonial , como antes, en los buenos tiempos del 2002 o mejor, mucho antes, de 1943.

En otra parte del reportaje, estuviste mal, muy mal, al referirte a la muerte de Néstor: “No soy psicólogo, pero si una persona sufre un golpe y ve una salida, no tiene un ataque al corazón. El ataque al corazón es porque no ve una salida”. La muerte no resulta, entonces, de un exceso de militancia por arterias debilitadas, sino de quien se lastima a sí mismo con motivo de su impotencia política. ¿Cuántos pibes pelotudos fueron a la plaza a rendirle homenaje, no es cierto? ¿Cuántos argentinos tarados no se dieron cuenta que no se había jugado la vida por sus convicciones, sino era nada más que algo así como un suicidio para no mostrar su incapacidad o su cobardía ideológica? ¿Cuánto latinoamericano imbécil se conmovió, como el comandante Chávez o Lula o Evo o Correa y tantos otros “populistas” que carecen de tu finísima capacidad psicológica para desentrañar la causa de la muerte de Néstor?

En fin, pero no sólo ocurre que La Nación y La Prensa entienden que el PO es necesario y cumple una función que a ellos les interesa mucho, por lo cual es conveniente que crezca y tenga más fuerza para desestabilizar al gobierno, sino que además uno de tus hombres más importantes –Ramal- participa, poco tiempo atrás, en un almuerzo de Mirtha Legrand junto a otros “izquierdistas” enemigos de Cristina, como Vilma Ripoll y Pino Solanas. Vos habrás visto la escena y quizás te regodeaste íntimamente, pero sentarse a almorzar con esa anciana que se proclama “rubia por dentro y por fuera”, que se fotografió con Astiz y se pasó la vida asustando a su público con que “se vienen los zurdos” y presenciar como el cocinero, con su delantal blanco y su gorra, anunciaba el menú “para los señores” y luego la camarera, también con delantal, servía respetuosamente esas comidas raras propias de “gente bian”, ¿no te parece incompatible con la revolución socialista? ¿No te resulta una grave inconsecuencia?

Y hay más todavía -la frutilla del postre-: vos mismo fuiste luego a Palabras más, palabras menos y te ganaste la admiración de Ernesto Tenembaum y éste te dedicó dos páginas enteras en Veintitrés (2/1/2011). Elogios y más elogios de quien se titula “periodista socialdemócrata” y admite practicar “cierto cinismo” y te pone por las nubes, Altamira. A mí, te digo, me resulta escandaloso. Te lo digo reprimiendo palabras gruesas porque no quiero perder la línea, pero si me ocurriese a mí –ni dios ni el diablo lo permitan para desgracia de este ateo- reflexionaría profundamente acerca del rol que estoy jugando en este momento de la Argentina, tal cual te lo referí en mi anterior carta.

Te lo repito, ahora: estás en un juego muy peligroso, no te creas que te levantan por tu sapiencia. Lo hacen por tu perseverancia en el error. Te lo digo sinceramente y no me vengas con que te envidio el reconocimiento de La Nación, La Prensa y Tenembaum. “Si el sabio no aprueba, malo/ si el cerdo aplaude, peor” como me enseñaba mi pobrecita maestra de tercer grado que creía que Mitre era un demócrata y seguramente nunca había oído hablar de Mariano Fragueiro, ni de Osvaldo Magnasco…. ¡Y la Legrand! que es mucho más peligrosa de lo que parece porque aunque sea ignorante, como señala Luppi, sabe adónde apunta y a quien sirve ( Y de paso: ¡Grande Federico Luppi!, y ¡Grande también Esther Goris y Florencia Peña! y ¡grande! también el Chino Navarro, que les cantaron las cuarenta a todos estos “periodistas independientes” del pueblo y dependientes de los monopolios, como los Grondona y el estreñido Nelson Castro). ¿Qué vas a hacer, Altamira? Cada uno conserva sus pequeños orgullos: el mío es no haber estado nunca en el programa de Grondona, ni en los almuerzos de la Legrand. Por conducta, ¿sabés? Por decisión política. E inclusive trato de no verlos en pantalla, por razones de higiene mental.

Pasando a otro tema, por si no te diste cuenta, aquí se está jugando el destino de la Argentina y de la América Latina toda, por muchos años y a mí me interesan mucho los derechos de los trabajadores ferroviarios, pero no creo que la lucha de clases pase, como contradicción principal, entre el PO y Pedraza. Uno de tus compañeros me ha mandado un correo según el cual “Pedraza es el enemigo principal” y vos dedicás tres páginas de tu respuesta a aplicar el mismo criterio: “Galasso no pronuncia … la patota de Pedraza”. No, mi viejo, ¡trampitas no!. El 22 de octubre, nuestra Corriente Política Discépolo dio una declaración que apareció en Señales Populares de noviembre denunciando el asesinato de Ferreyra y exigiendo “sancionar duramente a los responsables, sin concesión alguna”. ¿O vos leés solamente Prensa Obrera? Allí dijimos también: “Cuando un movimiento nacional y popular, como el peronismo, se desbarranca por un tiempo en la degradación -como ocurrió durante el menemismo- por importante que sea la recuperación, quedan siempre elementos residuales en el sindicalismo -hoy minoritarios- en los que continúan los vicios de burocratización, corrupción y patoterismo”. Por supuesto, esto no significa que la lucha de clases en la Argentina se exprese en la antítesis Pedraza-Partido Obrero, lo cual es un disparate teórico. Me acuerdo de lo que contaba Jauretche: un hombre honestísimo y combativo como Jorge del Río, especializado en la cuestión del servicio eléctrico, tenía cierta dificultad para entender plenamente al peronismo del ‘45 porque Perón -que había estatizado una franja enorme de empresas- no había expropiado a la empresa CADE. Y Jauretche le decía fraternalmente: “-Pero, la historia argentina no se puede ver a través del ojo de la cerradura de la CADE. Es mucho más amplia y compleja”. Asimismo hoy, con todo lo doloroso del episodio que provocó la muerte de Ferreyra, la lucha de clases se despliega también de una manera más amplia y compleja: los sectores oligárquicos temen que Cristina les gane en primera vuelta y que se aplique a fondo la Ley de Medios y la participación de los trabajadores en las utilidades de las empresas y hasta el control de costos por las comisiones internas de fábrica y que se una América Latina en perjuicio del imperialismo, y no encuentran el candidato con el cual engañar a los sectores medios para ir a segunda vuelta y juntarse todos contra Cristina.

El país se parte, otra vez, como siempre, ahí está la cuestión, porque hay proyectos en pugna y uno de ellos favorece las condiciones para el progreso popular y el otro, no. El otro quiere volver atrás. Y entonces yo me entusiasmo y te hablo de Evo Morales y vos lo negás a Evo que enfrenta a los reaccionarios de “La media luna” y a los poderosos intereses externos y tus compañeros ponen un gran cartel en la puerta de la Facultad de Filosofía y Letras: “García Linera no es persona grata porque es un traidor”. Me asombró tanto que le pregunté a una chica: -¿Qué es Evo para ustedes? -Un fascista, me contestó . ¡Pobre Trotsky! me dije, recordando aquello de Marx: “sembré leones y coseché pulgas”. Y te hablo ahora de Correa que denuncia la acción negativa, en su país, de la que llama “izquierda boba” y salto de júbilo porque Fidel está mejor de salud. Y porque el PT continúa al frente en el Brasil y porque Chávez continúa expropiando y hablando del socialismo del siglo XXI . A vos todo eso te parece poco, insuficiente, indigno de tu atención, inclusive te molesta porque te hace más difícil criticar que cuando estaban los gobiernos neoliberales.

Y vos venís con Pedraza y con Kornilov. No le resto importancia a ninguna de las dos cosas que planteás, pero opino simplemente que en el primer caso los trabajadores son los que van a renovar su conducción gremial, así como ha sucedido ya en otros gremios porque quiero suponer –ahora que decís que ustedes contemplan los matices- que comprenderás que hay distintas corrientes en la CGT actual, como también en la CTA. Con respecto a Kornilov creo que te falla el almanaque: no estamos en octubre, Altamira, ni siquiera estamos en febrero, ni somos el partido bolchevique, ni el gobierno es Kerensky y tampoco hoy Kornilovs a la vista. Si nos cuesta entender, a vos y a mí -seamos francos- la correlación de fuerzas, el nivel de conciencia política de los trabajadores, la posición de los empresarios de capital nacional, el fenómeno sojero, con el glifosato y Monsanto atrás y las exportadoras multinacionales, si estamos saliendo de una derrota terrible y nos faltan cuadros de 40 años a 50 años porque han sido masacrados, no me vengas con recetas de un país lejano, en un tiempo lejano, sobre el cual conocemos bastante poco como para aplicarlas a nuestras especificidades argentinas y latinoamericanas. Por otra parte, para impedir el golpe de Kornilov es evidente que los bolcheviques debieron coincidir -desde su propia perspectiva y aún tapándose las narices- con Kerensky, que no era lo mismo que Kornilov: “No, no ha llegado el momento. Apoyad el fusil sobre el hombro de Kerensky y disparad contra Kornilov. Después, ajustaremos cuentas con Kerensky” ( L. Trotsky; Historia de la Revolución Rusa, tomo II, p. 165, edit. Sarpe, 1985).

Así también los comunistas chinos debieron coincidir temporariamente con la burguesía china: “Chiang Kai-Shek es un opresor de los obreros y campesinos chinos y no tenemos necesidad de que se nos lo recuerde. Pero hoy día está empujado, a pesar de su mala voluntad, a hacer la guerra al imperialismo japonés, por los restos de la independencia China. Mañana puede traicionar nuevamente. Es posible. Más, más, ¡es inevitable!. Pero hoy hace la guerra: la no participación en esta guerra es cosa que sólo pueden hacerlo los cómodos, los canallas o los imbéciles completos ( León Trotsky). Proceder de otro modo es desconocer la dialéctica y convertirse -¿te suena este calificación?- en “El gran organizador de derrotas” (L. Trotsky, 1928).

Con respecto a la “izquierda nacional” señalás: “-Galasso aprovecha la ignorancia de su público para reivindicar un apoyo al 17 de octubre, lo cual es cierto para el periódico Frente Obrero, pero donde no estaba Abelardo Ramos, el cual, en su revista Octubre lo caracterizó, por el contrario, como una lucha interburguesa (‘un forcejeo por el gobierno dentro de las clases poseedoras de nuestro país, dentro del cual actuó dividido el proletariado’)” (Octubre Nro. 1, noviembre 1945). Aquí incurrís en una picardía, porque la revista Octubre Número 1 estaba sepultada en el olvido hasta que la exhumé hace casi tres décadas en El Fip y la Izquierda nacional (CEAL, 1983) precisamente para asumir la correcta tradición de Frente Obrero, que Ramos asume luego, en 1946. Celebro que me leas y me sorprende gratamente, aunque no saques las conclusiones correctas. Sin desconocer los méritos de Ramos en sostener y divulgar posiciones de izquierda nacional, rompí con su organización en 1971, ante ciertos desvíos que luego se fueron agravando hasta su vinculación almenemismo, razón por la cual no me hago cargo de las imputaciones que me tirás sobre la mesa. La Izquierda Nacional, iniciada con Frente Obrero, es más amplia que Ramos lo cual –por eso que hablamos antes, de la chica de quince que termina arrugada y fulera a los noventa– no significa que olvidemos sus virtudes juveniles- en este caso, especialmente Revolución y contrarrevolución en la Argentina (1957), de la buena época de Abelardo.

Te contesto porque soy hombre de paciencia, pero lo hago por última vez porque ya no hay posibilidad de polémica y vos mismo reconocerás que gastaste todos los improperios.

Te contesto, un poco de mala gana, porque rebajaste el nivel del cambio de ideas, probablemente porque vos tenés la táctica y la estrategia perfecta, correcta, sin la más mínima fisura y no estás dispuesto a moverte una línea de lo que venís haciendo desde hace décadas aunque el resultado, según los cómputos electorales y la incidencia real sobre los trabajadores, no ha sido muy exitosa que digamos.

Y te reitero, pensalo. No te pido autocrítica de todos los errores cometidos, sino que analices adónde nos pueden conducir hoy errores como los tuyos y de otros como vos.Pensalo, te digo nuevamente. Mirá que si la derecha te usa una y otra vez, si seguís apareciendo –te falta Morales Solá, me parece- si seguís apareciendo mimado por los medios de comunicación oligárquicos, aunque yo no creo en fantasmas, se te va a aparecer una noche el fantasma de León Trotsky y te va a decir: “A mí me partieron el cerebro con un zapapicos, ¿a ustedes cómo les partieron el cerebro?”

Te saludo repitiendo tu consigna: ¡Juicio y castigo a todos los culpables de Mariano Ferreyra! ¡Fuera las patotas de los ferrocarriles y de los sindicatos en los cuales aún subsistan!. Y agrego otra: ¡Por el triunfo de Cristina Kirchner en primera vuelta, que abre el camino hacia la profundización de un proceso de cambio a favor de la unificación latinoamericana y el avance de la clase trabajadora!

Norberto Galasso

jueves, 6 de enero de 2011

Reproducimos carta de Galasso a AltaMira

¿Adónde vas, Jorge Altamira?

Carta de Galasso al jefe del PO


Nunca nos hemos tratado, pero nos conocemos y tenemos un punto teórico común: es necesario crear la sociedad solidaria, igualitaria, donde brote y se consolide el Hombre Nuevo. Eso creo yo y ahí pongo mis modestos esfuerzos: en la liberación nacional y social de una América Latina unida. Vos decís que también luchás por ese objetivo. Entonces, me creo con el derecho a preguntarte: ¿Adónde vas, Altamira? ¿Adónde? ¿A qué conduce tu política?.

Disculpame, pero yo no creo que en lo profundo de vos mismo puedas suponer que la interrupción del kirchnerismo en el gobierno va a llevar al P.O. a la Casa Rosada, ni tampoco que le va a provocar un gran crecimiento político.

No. No creo que estés tan al margen del desarrollo de la lucha de clases ni que, en nombre del marxismo, saques conclusiones que sólo es posible admitir en un adolescente generoso y utópico –de esos que, en pequeño número, te siguen- y que cree que se puede asaltar el cielo así como así, mañana mismo, con la revolución perfecta, completita, sin contradicción, ni imperfección alguna.

No. A los pibes los entiendo – a “tus pibes”- y eso me duele porque así seguramente pensaba el pibe Ferreyra. Porque a los 18 o los 22 años es posible querer salir de las desgracias, del desaliento, de la injusticia, luchando contra todos al mismo tiempo y de una vez, a todo o nada.

Lo lamento por los pibes porque ellos ponen el cuerpo y la derecha no anda con vueltas. Pero, a vos no te lo puedo entender. Vos viste lo que pasó con el corte de vías el otro día: 20 muchachos rebeldes, en nombre de 60 compañeros tercerizados, provocaron la bronca de miles de usuarios del ferrocarril en Plaza Constitución y esa bronca fue usada por grupos duhaldistas y macristas, por las barras bravas de Barrionuevo, por los comandos de Ritondo, por las bandas de Duhalde.

No es como dice tu compañero Ramal que “sería delirante suponer que el P.O. cortaba en Avellaneda y también el P.O. actuaba” en Plaza Constitución. Si algo hay delirante es precisamente lo de Ramal, porque nadie seriamente ha dicho eso.

Lo ocurrido es que, en los hechos, esos muchachitos idealistas que cortaron las vías quedaron aliados, en un mismo operativo de pinzas que vos no previste pero se dio en los hechos, con las bandas de derecha.

Entonces, cuando dicen “el P.O. aliado al duhaldismo” no te enojés: en la teoría no es así; en los hechos, sí. Es decir, en la política concreta, el macrista Ritondo es aliado tuyo, y también Cecilia Pando y Posse y Redrado y Puerta y Barrionuevo y Toma.

Vos y tus compañeros atacan al gobierno porque lo que no ha hecho, por lo que falta; ellos lo quieren voltear por lo que ha hecho y lo que ha hecho es suficiente para que no lo soporten. Pero en conjunto vos y ellos creen que es conveniente interrumpir el avance del kirhcnerismo, es decir, la reelección de Cristina.

Claro, ellos, la derecha, están en lo suyo, no soportan la Ley de Medios, no soportan el recupero de los aportes jubilatorios por el Estado, ni el Unasur, ni tampoco la Asignación Universal por hijo, ni ponerle coto al FMI.

Ellos están molestos por el protagonismo popular, por “los oscuramente pigmentados” (como decía el conservador Reinaldo Pastor) y entonces dicen ahora, haciéndole ‘el bocho’ a los vecinos más reaccionarios: “Somos xenófobos y ¿qué?: los bolivianos y paraguayos nos ocupan las escuelas y los hospitales”.

Pero vos no podes coincidir con eso. Ya sé que no coincidís en la teoría, pero en los hechos, sí. En la teoría vos sabés de la gesta altoperuana contra los realistas y seguramente sabés del “Moto Méndez” y “el indio Camargo”y Juana Azurduy” y tenés afecto por bolivianos y paraguayos (¡Cómo no tenerlo por Solano López, .compañero de lucha contra el mitrismo oligárquico financiado por el Imperio Británico) pero, sin embargo, vos tocás en la misma orquesta de los xenófobos.

Es en la misma orquesta, mi viejo, aunque no estés orquestado en conspiraciones de café. En los hechos, sí.

Por eso te repito: ¿Adónde vas, Altamira?. Porque vos debieras saber, lo sabés, supongo, que en política es fundamental conocer al enemigo principal (manual elemental de todo socialista en serio).

Y no podés confundir al gobierno -con todas las asignaturas pendientes que vos quieras- con la alianza Duhalde, Macri, Pando y todos los que ya conocemos.

No. Eso no te lo voy a entender nunca, ni a justificar.

Por otra parte, vos te formaste en una concepción de la política que otorgaba importancia fundamental, al conocimiento de la correlación de fuerzas. Hay que preguntarse, en cada momento de la lucha, cuál es la correlación de fuerzas. Esto lo aprendiste, como yo, hace muchos años, en los manualitos del socialismo, es el ABC, el primero inferior, como se decía en nuestros tiempos.

Y entonces, ¿cuáles son las opciones en juego?. No me explico como no entendés las fuerzas en juego y la opción consiguiente: la vuelta al 2001 o a 1942, según algunos, es decir, el retroceso profundo con respecto a los avances del kirchnerismo, con todas las imitaciones en que probablemente vos y yo coincidamos o la prosecución y profundización de lo que se está haciendo desde el gobierno.

¡Y no podés decirme a mí que aprendiste en los textos clásicos que estas son luchas interburguesas y que es lo mismo Cristina en el gobierno que la Pando o Duhalde? No, vos sabés que no podés decirme eso, porque eso te invalidaría para actuar concretamente en las luchas políticas que se están dando hoy y aquí. .

Vos viviste muchas cosas, Altamira, como las viví yo. ¿O perdiste la memoria? Y las que no viviste, te informaste por una abundante literatura política.¿ Qué hizo la izquierda abstracta , toda la izquierda, desde anarquistas, socialistas, comunistas hasta trotskistas, en el 30?. Todos contra Yrigoyen.

Y vino Uriburu, y después él mismo se encargó de torturar y fusilar, incluso a algunos de estos izquierdistas teóricos que habían sido funcionales a esa derecha fascista. ¿Era lo mismo Uriburu que Yrigoyen? Evidentemente, no.

¿Había que hacerse irigoyenista, en ese principio de la decadencia del radicalismo? Tampoco. ¿Correspondía colocarse al margen de esa lucha porque eran luchas interburguesas? Menos aún.

La única política correcta era la que enseñan los clásicos: al lado del irigoyenismo, con independencia, junto a la clase media que hacía su experiencia de poder y evidenciaba sus limitaciones.

Porque no fue por las limitaciones sino por los aciertos que torturaron y asesinaron radicales en 1931 y había que estar ahí, contra la dictadura y al mismo tiempo junto a “la resistencia radical” denunciando al alvearismo entreguista.

Claro que después el radicalismo terminó en De la Rúa y todo lo que conocemos, pero eso no significa que hubiese que atacarlo en su mejor momento, cuando tenían a la mayoría popular apoyándolo.

Vos lo sabés bien, porque eso se llama “dialéctica” que en lenguaje de barrio quiere decir: no hay que dejar de enamorar a una mina de 20 años pensando que dentro de 60 años estará arrugada y desdentada.

O de otra manera: la degradación del menemismo no justifica a quienes estuvieron con Braden y contra Perón, en el 45.

No puedo creer que no me entiendas, porque entonces sería vano este escrito, inútil totalmente. Y no me digas, tampoco “en esa época, nosotros éramos muy chiquitos y nos hacíamos pipí en la cama”, porque te contestaré como Jauretche, lo peor es que siguen meando en la cama también ahora.

Porque también en el 45 y en el 55 sucedió lo mismo, salvo la posición de “Frente Obrero” y sus seguidores de la Izquierda Nacional, que salvaron el honor del socialismo revolucionario junto a los trabajadores peronistas. .

De lo que ocurrió después que cayó Perón, ¿te acordás?, sin duda, ¿Qué vino? ¿El socialismo, acaso? Sí, quizás el de “Norteamérico” Ghioldi justificando los fusilamientos del 56 porque “la letra con sangre entra”.

No eran lo mismo Perón y el Alte Rojas, lo sabe cualquier laburante sin haber leído jamás a don Carlos ni a Vladimiro Ilich. Lo sabe porque está en la realidad de la lucha de clases, aunque no sepa lo que es la lucha de clases que la mayor parte de la izquierda predica en los fermentarios y talleres de formación con las ventanas cerradas a lo que ocurre en la calle.

¿Puede ser que no me entiendas? Y no te confundas, te lo digo otra vez. Yo no te digo que te hagas kirchnerista. Te digo solamente que no se es izquierda cuando se califica a todos los demás de ser lo mismo, burgueses, echando fuegos de artificio que ilusiona a los adolescentes.

Se es izquierda en la acción política concreta y aquí, en América Latina, con años de dependencia y expoliación, cuando aparecen gobiernos con vocación popular-quizás vos digas burgueses disfrazados de populismo- yo no pido que abandones tu organización y te incorpores, a ellos, sino que te pongas al lado.

No al lado de la derecha y en contra de ese gobierno. Te lo dijo Lenin, Altamira: “golpear juntos, marchar separados”.

“Junto” con las mayorías populares, aunque las direcciones políticas no sean todo lo que vos quisieras. Y “separados”, es decir, manteniendo la independencia ideológica, política y organizativa, pero jamás serle funcional a la derecha. No, mi viejo.

Porque entonces vas entrando en un juego en que puede caer sobre vos la responsabilidad de lo que ocurra a militantes que son víctimas de enfrentamientos como los que hemos visto, heridos o muertos para que en definitiva no se haga la revolución, sino para que la derecha llegue al poder y persiga a los pocos que te queden.

Hace pocos días lo dijo Rafael Correa, con respecto a su intento de darle una salida popular al Ecuador, protestando porque una “izquierda”, ala que llamó “boba”, se complace en atacarlo haciéndolo el juego a la derecha.

Lo mismo dice Hugo Chávez respecto a furibundos ex guerrilleros que se le oponen haciéndole el juego a los dueños de la televisión y los grandes grupos económicos de Venezuela.

¿ No bastan acaso las fotos del lanzamiento de la candidatura de Duhalde, con el macrista Ritondo y la procesita Pando, obras maestras del terror?. Son ellos los que acechan, los que quieren volver, quieren otros treinta mil desaparecidos, de los cuales caerán también muchos de los tuyos.

Y no podés hacerle el juego. No podés crear condiciones para que los diarios digan “ EL P.O. en Avellaneda y el duhaldismo y el macrismo, en la Plaza Constitución, operaron contra el gobierno y provocaron incidentes”. No, mi viejo, no podés. Sería un error gravísimo y en política, ya lo sabés, un grave error es peor que un crimen.

Porque en estos países los movimientos nacionales y populares jugaron un papel importante, aunque hayan sido inorgánicos, tumultuosos, “oro y barro”, “abismos y cumbres”, como decía Jauretche, pero en el balance final expresaron avances populares, tanto Yrigoyen como Perón.

A veces, los periodistas dicen que en la Argentina no hay izquierda real. Y claro, si grupos semejantes al tuyo confundieron a Biolcati con Mao Tse Tung y a Llambías con Trotsky y se colocaron alrededor de “la mesa de enlace agropecuario” enfrentando al gobierno junto a las señoras “bien” del Barrio Norte y los grandes sojeros.

En esa ocasión, vos estuviste mejor que ellos, pero no bien. No apoyaste a los ganaderos, pero dijiste que eran luchas interbuguresas. Pero, entonces, decime, ¿toda la historia argentina son luchas interburguesas que no deben importarle a los trabajadores?.

Yrigoyen derrocado por los conservadores, Perón enfrentado a Braden y luego derrocado y desterrado, Moreno envenenado y San Martín enfrentado a Rivadavia Y Sarmiento festejando el degüello del Chacho Peñaloza,.

Una historia de luchas, sangre y muerte . ¡Y si eso no es lucha de clases, ¿las clases dónde están? ¿Todos son lo mismo, burguesas y todas los enfrentamientos, bombardeos, fusilamientos, etc, son luchas interburguesas?.

Si pensamos eso, mejor será que nos dediquemos a la pintura abstracta o a aprender a tocar el violín que con eso no jodemos a nadie. Y esperemos que algún día, allá lejos, cuando aparezca otro cordobazo, pero con una vanguardia iluminada, ortodoxamente formada en nuestras academias de socialismo revolucionario , volvamos quizás a la política, pero podría ocurrir entonces que los trabajadores ya hayan forjado sus dirigentes, algunos socialdemócratas, otras burocratizados, otros “fierreros” que se yo, pero que no reconozcan a quienes durante toda la historia argentina no incidieron para nada y sacaron el 1% de los votos por sostener que millones de argentinos imbéciles se peleaban por diferencias “burguesas” y no por el socialismo .

Sabemos, desde la Izquierda Nacional, que no es fácil ese “golpear juntos” y marchar separados. Inclusive hago autocrítica cuando Ramos se presentó con candidatura propia el 11 de marzo del 73 porque sostenía que era lo mismo Cámpora que los radicales y los candidatos del gobierno militar.

Fue un grave error, y ni que hablar del apoyo a Menem, por eso muchos izquierdistas nacionales se colocan a distancia de la historia de Ramos. Pero esta corriente ha sostenido, en general, la única posición correcta, de acompañar a todos los movimientos nacionales de América Latina desde una perspectiva independiente y colocarse claramente frente al enemigo común que, como se sabe, es el imperialismo y los traidores nativos.

Desde esa perspectiva coincidimos en la valoración del peronismo con Cooke, Hernández Arregui, Puigross , Walsh y tantos otros, pero insistiendo que era más correcto jugar por afuera y no intentar forjar la izquierda desde adentro. Pero lo que no dudábamos, en la relación con ellos, fue que los trabajadores estaban haciendo su experiencia y debía acompañárselos y enfrentar al enemigo principal.

Ahora la polémica sigue con motivo de las posiciones del P.O. Y te lo repito: ni oposición implacable al movimiento nacional, como la tuya, ni seguidismo. Pero la tuya puede ser más peligrosa. Porque la derecha sabe hoy que pierde en primera vuelta y va a provocar conflictos durante todo el 2011. Y ustedes no pueden estar ahí, ni cerquita, ¿entendés?.

Haceme caso, Altamira, pensalo a la noche, en el silencio de la medianoche, pensá en los pibes que podés arriesgar y hacerlos jugar de modo funcional a la derecha, porque no hay que hacerle asco a poner el cuerpo pero solo cuando políticamente tiene sentido el peligro que se corre.

Mártires porque sí no benefician a nadie sino que enlutan y suman desgracias a las que ya hemos sufrido. Pensá en la derecha que acecha, pensá que pasaría si se hunde este gobierno.

Vos y yo ya estamos más cerca del arpa que de la guitarra y entonces, seguí el consejo de Julián Centeya: En “el finirla, está la salvada”. Ahí uno se puede redimir de viejos pecados.

Todavía estás a tiempo y entonces, te lo digo de nuevo, no se trata de hacerte kirchnerista, sino de colocarte críticamente pero acompañando al pueblo en su experiencia. nacional, popular.

Y te lo digo en nombre de los Estados Unidos Socialistas de América Latina sobre los que profetizó Trotsky en 1940, por aquello que, como sabés, lo llevó a apoyar las nacionalizaciones petroleras de Lázaro Cárdenas y que en el fondo, era su teoría de la revolución permanente y aquello otro del frente único antiimperialista que junto con Lenin presentaron en 1922 a los congresos de la III Internacional.

Frente único antiimperialista con obreros, muchos obreros, y también con estudiantes de la pequeña burguesía y otros oprimidos, pero en estrecha vinculación con el nivel de conciencia política de la mayoría, en ese momento histórico ¿no es cierto que te acordás?.

Te lo digo yo, que soy, como decía Scalabrini y salvando las distancias, “uno cualquiera que sabe que es uno cualquiera”. No sea cosa que esta conversación la tengamos que continuar en el 2012, los dos en cana o en el exilio y preparate porque, en ese caso, entonces te lo voy a reprochar todos los días, implacablemente, como esa gota de la canilla que persiste y molesta empecinadamente en la madrugada, te lo voy a repetir una y mil veces haciéndote corresponsable de la desgracia argentina si aquellos que vos sabés volvieran, aprovechando los errores de una izquierda que todavía no se enteró que El Che puteaba desde Guatemala contra “esos mierdas de aviadores” que bombardearon a su propio pueblo aquel trágico 16 de junio de 1955.

Solo puedo agregarte que hay momentos en la vida de los hombres que lo mejor que pueden

ofrecer a su pueblo es una profunda autocrítica y un replanteo de posiciones erróneas. Ahí se juega su profunda adhesión al mundo nuevo que predican y por el cual dicen que están luchando. Pensalo. Un saludo.

Norberto Galasso.