Escribinos a radiocontodo@gmail.com

domingo, 20 de noviembre de 2011

El gobierno superó el ataque especulativo, pero hay que actuar por Eduardo Berrozpe

El gobierno superó el ataque especulativo, pero hay que actuar
por Eduardo Berrozpe

Las noticias de estas horas indican que el gobierno está superando el ataque especulativo en relación al valor del dólar, aunque no la fuga de capitales que afecta a nuestra economía. Y es absolutamente necesario actuar para que ello no suceda en el futuro.


Caracterizados analistas, de distintas orientaciones, junto a inapelables estadísticas, coinciden en señalar que el proceso de fuga de capitales y especulación en divisas tiene por protagonistas principales a bancos y otras empresas transnacionales. Tienen casas matrices ubicadas en los EE UU y Europa, más demandantes de divisas que nunca, habida cuenta del recrudecimiento de la crisis que afecta a esas regiones.


Los siguen, disciplinados, empresarios locales que dolarizan excedentes, alentados por operadores del sistema financiero, sin importarles para nada la suerte de la economía y el país en el que actúan. Muchos de estos actores también operan en “negro”, sin ningún pudor, en el mercado marginal, que involucra al 40% de la economía nacional.


Atrás de ellos ha ido, en manada, el denominado “chiquitaje”. Medianos y pequeños ahorristas conservadores de marcada mentalidad rentística, jugando entre ellos, por ejemplo, un papel nada despreciable un mercado inmobiliario afecto a imponer transacciones en divisas y en negro, a la par que promueve un irracional suba de precios que supera ampliamente las de otras actividades.


Los mismos analistas coinciden en señalar, por un lado, que este proceso de fuga y dolarización está también alentado por el alza de precios originada en la conducta desaprensiva de los principales formadores de los mismos, hecho que los lleva a suponer la hipótesis de una devaluación del peso no administrada. Sin embargo, la situación ecónomica de nuestro país sigue exhibiendo fortalezas que están permitiendo afrontar este inocultable ataque especulativo, que incluye entre sus fines ponerle condiciones al gobierno nacional.


Pero, también es cierto que se actúa detrás de las situaciones conflictivas siempre generadas por un empresariado no sólo extranjerizado, sino con actores de origen local que siguen atraídos por el camino del menor esfuerzo, el de la valorización especulativa del capital. Piensan que ya hemos olvidado su conducta en camino al quebranto nacional de 2001. Por ello, sostenemos que, más allá de superar este ataque, hay que tomar medidas para que no vuelva a suceder. Y no olvidar que esta coyuntura nos está dejando un alza de las tasas de interés, del costo del dinero, que todos terminamos pagando.


Entre esas medidas, ya que se menciona el factor “inflación” como motivo de la corrida hacia el dólar, no podemos seguir sin que se identifique con claridad y precisión, cuáles son las causas y quiénes son los responsables de alzas de precios incomprensibles. Se impone, por tanto, institucionalizar un seguimiento público de la estructura de costos de producción y comercialización de los bienes y servicios necesarios para una vida digna, y adoptar las regulaciones necesarias para poner límite a los voraces que se apropian del esfuerzo de toda la sociedad.

En ese sentido, entre otras medidas, no cabe ninguna duda que se debe regular urgentemente el mercado inmobiliario y prohibir las transacciones en moneda extranjera. Tampoco podremos poner límites a los especuladores que sueñan con una Argentina nuevamente endeudada, si no aseguramos y ordenamos los recursos y servicios financieros imprescindibles para las actividades productivas, de las familias y del Estado. No se puede demorar, pues, una reforma financiera real, que deje establecido qué medios de pago y crédito constituyen un servicio público que se debe garantizar a toda la sociedad, incluyendo la garantía de que la única moneda que se acepta para las transacciones en el mercado interno es la nacional.


Esa reforma financiera debe ir de la mano de una reforma tributaria para que todos aporten según lo que ganan y según el esfuerzo personal que realizan, incluyendo un impuesto a los movimientos de capital en moneda extranjera. Por último, la conducta de las grandes empresas que giran sus ganancias al exterior, exige también una urgente revisión de la legislación en materia de inversiones extranjeras y explotación de recursos naturales.


En relación a estas cuestiones, es hora de actuar con la misma decisión que adoptamos los ciudadanos que, en mayoría, votamos a la presidenta Cristina Fernández depositando en ella toda nuestra confianza.

No hay comentarios:

Publicar un comentario